Según el científico ruso Dr. Maskud Chernova, quien a principios de los años 90 en un conferencia en Ginebra, afirmó a la prensa que tanto Rusia como Estados Unidos conocían el artefacto. Los rusos creyeron que se trataba de un artefacto norteamericano y los estadounidenses que también trataron de investigar el origen del aparato, creyeron que se trataba de un artefacto ruso.
El satélite espía extraterrestre fue detectado por primera vez en 1988 por los radares soviéticos, aunque los Estados Unidos también tenían constancia de la existencia del artefacto no se conoce la fecha exacta que lo detectaron por primera vez, supongo que también durante la década de los 80.
El satélite tiene forma como de diamante, es de un tamaño bastante considerado para la época en la que fue descubierto, además es imposible acercarse demasiado, pues tiene un campo de fuerza muy potente que repele cualquier sonda de rastreo que se le aproxime. También la distancia de la órbita es bastante mayor que la de cualquier otro satélite terrestre, se cree que para mayor dificultad de ser visualizado, según la poca información que se tiene sobre el supuesto satélite espía extraterrestre, los científicos creen que tiene una capacidad de absorber información muy poderosa y un radiotransmisor para enviar la información a la civilización que lo creo.
Lo sorprendente fue que cuando los rusos pidieron información acerca del artefacto a los norteamericanos, la NASA negó ser propietario del satélite, por lo que dio comienzo una investigación para averiguar a quien podía pertenecer si no era ni de construcción rusa y tampoco norteamericana, solo quedaba Japón y Francia que eran los únicos con capacidad espacial, pero aseguraron que no tenían nada que ver con el artefacto que estaría orbitando la Tierra a una distancia bastante alejada.
Tanto los rusos como los norteamericanos en un primer instante creyeron que se trataba de un artefacto construido por uno de los bandos enfrentados en la guerra fría o como fue conocida de forma popular (stars wars), pero esto parecía no ser así.
De acuerdo con las afirmaciones del Dr. Chernova, solo quedaba una procedencia del aparato y era que se trataba de un satélite espía de origen alienigena. Los oficiales norteamericanos no quisieron entrar en discusiones con las afirmaciones de Chernova por lo que no discutieron las fuentes, pero dijeron que no era posible que el artilugio fuera de origen extraterrestre. Además también añadieron en la conferencia que el artilugio no debía de representar ningún peligro para la humanidad y que la NASA no quería saber nada más del asunto.
Uno de los casi 200 científicos que asistió a los Estados Unidos y la Unión soviética durante la carrera espacial y guerra fría, el Dr. George Milliard un astrónomo francés, dio a conocer la información que conocía sobre el satélite espía extraterrestre, afirmando que era algo nunca antes visto por la humanidad y además añadió que podía ser la prueba de que un mundo extraplanetario nos espía.
Según Milliard, el satélite órbita a una distancia considerable de la Tierra y mantiene una altura mucho mayor que la de cualquier satélite terrestre, posiblemente el artilugio fue diseñado para permanecer durante tiempo indefinido en el espacio y hacerse la simple conjetura de que el satélite pudiera tener unos 50.000 años de antigüedad, demostraría que la civilización que lo creo deberían de tener una tecnología muy avanzada en comparación con la nuestra y que nos espían desde los principios de la civilización en la Tierra.
Luego de poco más de un año, la NASA removió de sus archivos imágenes de un objeto que los defensores de OVNIs describen como una nave extraterrestre.
El monopolio de la investigación espacial por agencias gubernamentales ha despertado siempre la sospecha de manipulación en torno a los datos recolectados, el posible ocultamiento de información que podría resultar perturbadora para la población. En este sentido, varios grupos de estudio del fenómeno OVNI han acusado recientemente a la NASA de borrar de sus archivos evidencia de seres extraterrestres que visitaron nuestro planeta.
Según precisaron, en mayo de 2011, el Johnson Space Center de la agencia estadounidense publicó una imagen en que, se asegura, aparece un objeto con toda la apariencia de una nave espacial de diseño avanzado.
De acuerdo con los simpatizantes de la exploración alienígena, esta supresión obedece a un intento de la NASA por encubrir tanto la existencia de estas formas de vida como su presencia en nuestro planeta mismo.
La agencia, sin embargo, relegó el asunto a la ambigua categoría de “escombros espaciales”.
La supresión despierta la sospecha de si la agencia oculta deliberadamente información al respecto.
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