Bruno Amadio.
En dichos cuadros, Giovanni Bragolin, pues con este nombre firmaba sus trabajos, pretendía mostrar el horror de la guerra en las lágrimas de esos niños desdichados y huérfanos, símbolo más que gráfico de las desgracias que dejaba el conflicto bélico allí por donde pasaba.
Cuenta la historia que Bruno Amadio pintó un total de 27 cuadros en esta serie y que todos los niños vivían en orfanatos o casas de beneficiencia.
Al finalizar la guerra, Amadio se traslada a vivir a España; primero a Sevilla, donde pasa varios años de su vida y más tarde a Madrid, donde se le pierde totalmente el rastro.
Se cuenta que las obras de Amadio tenían muy poca atracción entre el público y nadie compraba sus cuadros.
Tras esto, Amadio, confiado, volvió a crear cuadros, haciendo así los denominados “niños llorones”: cuadros que representan a niños y niñas de muy corta edad llorando y con un gesto entre lo lindo y lo tétrico.
Sorprendentemente, hubo muchos sucesos extraños relacionados directamente con los cuadros de Amadio.
En algunos de ellos, la casa en donde se encuentran se destroza como consecuencia de un incendio, pero el cuadro sale intacto y sin un rasguño.
Lo más tenebroso es que la voz que se graba corresponde a un niño, quién sabe, si al niño del cuadro.
Es por esto que parece que los cuadros de este extraño pintor parecen atraer a la mala suerte:
Muertes trágicas de parientes de los propietarios, incendios, fenómenos extraños, psicofonías y miedo, mucho miedo.
El Cuadro Maldito.
En la decada de los 50 se dieron muchos casos de casas incendiadas donde todo se encontraba destrozado y quemado, cadáveres carbonizados y lo curioso de todo esto es que el cuadro permanecía colgado en la pared sin un solo rasguño. Se dice que al ver el cuadro, uno siente como el niño de ojos llorosos y mirada tierna te sigue con la mirada, y te pone los pelos de punta.
Se dice que el cuadro de “El Niño Llorón” atrae desgracias a quienes lo posean. No obstante, ha sido el cuadro de mayor difusión de este artista, siendo muy solicitadas sus reproducciones en países como España, Inglaterra y Chile, ya que algunos le interpretan una función de protección a los niños pequeños.
Otras historias nos habla de que en realidad estos niños lloran por que están siendo devorados por demonios pisciformes, que en verdad son cuadros que nos hablan de ese mundo oculto, sólo visible a algunos iniciados como Howard Phillipe Lovecraft, y que Amadio supo plasmar ese horror de otro mundo, a punto de engullir a una "inocente" humanidad. Basados en estos hechos un grupo de investigadores de lo Paranormal han realizado un profundo análisis del cuadro.
Se dice que al mirar el cuadro, uno siente como el niño de ojos llorones te sigue con la mirada. Puede que fueran una serie de casualidades. Aunque hay quien dice que más de un par de casualidades se convierte en un fenómeno extraño que no obedece al azar.
Fuentes:
No hay comentarios :
Publicar un comentario