Debemos aprender a vivir sin creer, sin dar algo por sentado, sin inseguridad y sin miedo. Debemos asumir que para ser seres conscientes y responsables tenemos que formarnos también mentalmente, crearnos un carácter y una personalidad propia, olvidarnos de los modelos del pasado y atrevernos a crear el nuestro, perder el temor al error, perder el pudor y la vergüenza, mostrarnos tal cual somos y no arrepentirnos jamás de nuestras decisiones, solo así, empezaras a forjar una personalidad con una identidad y unas ideas propias basadas en su experiencia y sin copias de modelos caducos e inexactos. Dejar de asumir como propias, ideas, conductas y conceptos ajenos, limpiar nuestra mente y empezar a construir nuestra propia estructura, desescombrar lo viejo e inútil y construir lo nuevo y propio.
No podemos pretender ser seres despiertos y concienciados, y seguir con creencias e ideales que está demostrado que no sirvieron. No basta con afirmar nuestra condición, debemos practicarla también y ser consecuentes. Al humano se le ha separado, etiquetado y clasificado como un animal de granja, se le ha acotado en un entorno (frontera) y se le ha soltado para que produzca, en un sistema que esta construido para penalizar a aquel que piensa por si mismo y que ve la competencia como un reto al que no aspira en modo alguno. Si de verdad no nos consideramos animales, debemos dejar de pensar como tales, debemos tirar esos pilares que nos sujetan a una realidad que no nos identifica y no nos sostiene, que el apoyo y el suelo firme que creemos pisar no es mas que una ilusión, que esas muletas que nos ayudan a levantarnos en realidad son anclas que nos mantienen amarrados y sujetos a una estructura que nos encapsula y nos limita.
Toca trabajar, y perder la idea de clase, ese concepto que te dice que eres mas que otro, solo por tu condición económica o sanguínea, una trampa para que no veas al prójimo como lo que es, un igual. La sangre o la materia que poseas no te da categoría, mas bien te resta. Desprenderte de este concepto pasa por palpar otras realidades distintas a la que vives, restar valor a la materia y darle valor a los sentimientos. Las personas son algo mas que esas cosas que consiguen acumular, son mas que esos trapos que tapan sus vergüenzas, son mas que esos patrones que lo clasifican, en definitiva, son mas que las circunstancias que arrastran.
Tu ideología por regla general es heredada de tus progenitores, salvo breves periodos de rebeldía adolescente, finalmente terminamos acogiendo la opción mas cómoda que es aquella que de pequeños nos inculcaron, ser de izquierdas o de derechas, no es mas que un componente diferenciador que no necesitas. Esas ideologías se diseñaron para crear enfrentamiento, detrás de una ideología no existe el debate civilizado de ideas, si no el combate de las mismas. El enfrentamiento, la disputa, la diferencia y la fracción, dando como resultado una mentalidad obtusa y confusa, por muy claro que parezca tener sus conceptos, un ideólogo no es más que un adoctrinado, un ser programado para programar y sembrar en sus semejantes esa semilla de odio. Una diferencia mas, donde no existen diferencias, la política no es mas que un instrumento del sistema para poner orden en la granja. El borrego necesita poner siglas y colores a las ideas para poder asumirlas como propias, esos conceptos confusos y llenos de trampas, son resumidas en un bando, con un color y unas letras, y así no identificar al lobo que se esconde tras sus arengas, que no son mas que cantos de sirena.
No se puede vivir sin fe, pero la verdadera fe que debemos empezar a profesar, es la fe en nosotros mismos. No basta con sacar la religión de nuestras vidas, no basta con saber que toda esa mentira divina, nos contamina y nos limita, debemos desechar definitivamente todo lo que ello engloba y no dejar absolutamente nada. Muchos de los que se definen despiertos van asimilando el concepto real de Dios, entendiéndolo como un todo desde donde mana todo lo que es y existe, esto esta muy bien, eliminar los viejos conceptos de divinidad que las religiones nos inculcaron poco a poco empieza a ser una realidad, pero no debemos convertirlo en una muleta, debemos fortalecer la confianza en nosotros mismos y no pasarnos el día lloriqueándole a Dios. También debemos deshacernos de esos mesías. Jesús fue un maestro que aporto sus enseñanzas y dejo un legado para el que quiera tomarlo, pero no podemos seguir repitiendo curso constantemente, los maestros están para enseñarnos y una vez hemos aprendido, comenzar nuestro camino e iniciar nuestra maestría, el fin de todo maestro es que el alumno aprenda y ande por si solo. Buda, Jesús, Zoroastro, el que queráis, dieron unas pautas para que fueran tomadas, no para que fueran adoradas y convertidas en ley. Ahora después de unos pocos miles de años, debemos empezar a darnos cuenta que la lección esta aprendida y empezar a ser nosotros los que demos clase. Hoy nosotros somos los maestros y debemos empezar a dejar de mirar atrás y enfocar nuestra mirada en el presente, en lo que hemos aprendido y lo que podemos enseñar. No podemos seguir con Jesús dijo esto o Jesús hizo aquello, debemos soltar esa última muleta y empezar a caminar libres enseñando al mundo nuestra propia lección, siendo unos maestros por pleno derecho. Muchos esconden tras estos avatares su miedo y su inseguridad, su falsa creencia en que están solos y que en esos tropiezos que a diario tienen, necesitan implorar ayuda a esas "divinidades", temen que al desprenderse de esos dogmas queden a la deriva en un mar espiritual, sin mapa y sin brújula. Esto no es así, nunca estamos solos, nunca estaremos perdidos, nunca vendrá nadie a levantarnos cuando caigamos, porque todo eso lo debemos aprender nosotros mismos por nuestros medios, son nuestras lecciones y somos nuestros propios maestros. Lo que otros maestros te puedan aportar solo es un enriquecimiento, esa pizca de sal que te puede aportar una chispa mas de luz a tu temario, pero no debe ser la columna vertebral de tu enseñanza.
Es momento de abandonar esa zona de confort, y empezar a vivir libre de programas y libre de convencionalismos que te limiten como persona, todos esos conceptos que instalo en tu mente la educación, deberás irlos formateando poco a poco, para paso a paso formar una nueva identidad, una nueva persona, segura de si misma y confiada en sus posibilidades, sin miedo al fracaso, porque ese fracaso es solo un ensayo y sin miedo al juicio porque tu eres el juez.
Fuente: lacosechadealmas.blogspot.com.es
ok
ResponderEliminar