Para los niños, en ocasiones las muñecas son algo más que un juguete. Pueden convertirse en un amigo, un compañero o un confidente. En prácticamente todas las culturas del mundo existen relatos de muñecas que adquieren vida propia. Literalmente – se convierten en contenedores de las almas de los muertos (algunas veces de sus antiguos dueños) o de espíritus demoniacos. Otras muñecas simplemente son artículos extraños, con historias tan desgarradoras que jamás deberían estar en alguna guardería o sala de juego.
La muñeca de Patty Reed.
Una muñeca no necesariamente debe estar poseída o tener alguna maldición para que provoque un profundo terror. Simplemente podría tener una expresión facial inusual o partes faltantes del cuerpo debido a los años de uso. O quizá por qué fue testigo de numerosos actos de canibalismo.
Esa es la historia de la muñeca de Patty Reed. Con ocho años de edad, Patty viajaba a California en el año de 1846 acompañada de su familia y otros colonizadores, un grupo que pasó a la historia como el Donner Party. Durante el viaje, en las cruentas condiciones climáticas de la Sierra Nevada, quedaron aprisionados por la nieve. Para sobrevivir empezaron a alimentarse de trozos de cuero, pequeños roedores, huesos viejos y, finalmente, con carne humana.
La Barbie de Pulau Ubin.
No cabe duda que Barbie es la muñeca más popular del planeta. Es tan popular que, de hecho, se asegura queuna niña muerta pidió desde el más allá que le compraran una.
En los albores de la Gran Guerra, Gran Bretaña tenía mucha desconfianza de los extranjeros que habitaban en sus colonias, fue por eso que el ejército británico investigó a una pareja alemana que vivía en Singapur en 1914 bajo la sospecha de que eran espías. Atraparon al matrimonio, pero la hija logró escapar solo para caer por un precipicio y terminar muerta. Debido a su bien arraigada religiosidad, los locales de Pulau Ubin levantaron una capilla en memoria de la pequeña donde es posible apreciar un altar de porcelana que, supuestamente, contiene un mechón de cabello de la niña y su crucifijo.
La muñeca llegó a este lugar en torno al año 2007. Un hombre de Pulau Ubin experimentó el mismo sueño tres noches seguidas, se trataba de una niña blanca que lo llevaba hasta una tienda de juguetes donde había una muñeca Barbie. Después del tercer sueño, el hombre se dirigió a la tienda en el día y encontró la muñeca que había visto en el sueño. La compró y la dejó en el altar, en sustitución de una urna que había quedado allí. La muñeca se convirtió en una atracción tanto para locales como turistas, mismos que asisten para ofrendarle diversos artículos como perfumes y lápiz labial, con la esperanza de que el espíritu de la niña les proporcione buena suerte y salud.
Mandy.
Mandy está hecha de porcelana y es la representación de un bebé, se estima que fue hecha en Inglaterra o Alemania entre 1910 y 1920. En el año de 1991 la donaron al Museo Quesnel en la Columbia Británica. La persona que cedió a Mandy aseguró que en el medio de la noche solía escuchar un llanto que provenía del sótano, y no fue sino hasta que retiró a Mandy de ese lugar que el fenómeno se terminó.
Aunque el llanto cesó para el donante, una serie de sucesos extraños acontecieron con la llegada de Mandy al museo. Los empleados dicen que la comida desaparece, solo para aparecer en otra parte del edificio. Se escuchan pasos cuando no hay nadie alrededor y material de oficina, como lápices y hojas, aparentemente siempre son encontrados en lugares diferentes a donde se les colocó.
Al museo le tomó un tiempo decidir en qué sitio colocaría a Mandy. Algunos dicen que no podía ser encerrada con otras muñecas pues tiende a hacerles daño. Los visitantes del museo aseguran que sus ojos parpadean y que suelen seguirlos a donde quiera que van. Además, le gusta arruinar las fotografías cada vez que alguien intenta captarla.
Pupa.
Pupa fue confeccionada en la década de 1920 con el objetivo de que se pareciera a su propietaria de origen italiano. La tendencia no ha desaparecido, algunas muñecas como Truly Me ofrecen reproducciones de sus pequeñas clientas. Sin embargo, en aquella época era común que se usara el propio cabello de los dueños.
La dueña de Pupa llegó a afirmar que la muñeca le habló. Cuando la mujer murió en 2005, la familia guardó a Pupa en una vitrina, y los relatos dicen que la muñeca cambia constantemente de posición. Su expresión facial también varía, y hace pequeños toques en el cristal como si quisiera que la sacaran. También se le acusa de mover algunos objetos en torno a su vitrina.
Letta, la muñeca gitana.
Era el año de 1972 y un hombre llamado Kerry Walton regresaba a la ciudad australiana que lo vio nacer para acompañar el sepelio de su abuela. Durante este tiempo, decidió que enfrentaría el miedo infantil que le había producido durante años visitar una casa abandonada. Cuando fue al lugar encontró una vieja marioneta debajo del porche. Kerry se sintió obligado a llevarla a casa y, desde entonces, han sido compañeros inseparables.
Según el testimonio de los psíquicos, la muñeca fue confeccionada hace dos siglos por un gitano rumano para su hijo que murió ahogado. Los gitanos creen en la transferencia del espíritu y en que los muñecos funcionan como un nuevo hogar para los muertos. La muñeca posee cabello humano real y bajo el “cuero cabelludo” hay una especie de molde que asemeja a un cerebro humano. La apodaron Letta, o Ledda, debido a su herencia gitana, o quizá porque ocasionalmente la muñeca grita “Letta me out!”.
Nada maligno en torno a la muñeca ha sido reportado en los últimos años. De hecho, tras encontrar a la muñeca, la suerte de Walton mejoró, con un negocio de coleccionables que despegó. Aun así, hay algunas supuestas particularidades en torno a Letta. Dicen que llueve cada vez que sale al exterior y que los cuadros de una pared pueden caerse cuando entra en una habitación. Los perros ladran y se ponen agresivos siempre que Letta está cerca, y algunas personas afirman haber sentido un miedo y tristeza inexplicables cuando la ven. Supuestamente, Letta también es capaz de moverse por cuenta propia y cambiar de posición mientras está sentada.
Las ocho muñecas embrujadas.
Las muñecas de la imagen son True, Monika, Sharla, Chrystal, Isaac, Lilly, Ashley y Cameron. Según una familia de Pennsylvania, en los Estados Unidos, cada uno de los juguetes está embrujado. Es más, los propietarios las adquirieron a sabiendas de que cada muñeca estaba embrujada. Como investigadores de temas paranormales, los dueños querían examinar las muñecas al mismo tiempo que les proporcionaban un hogar. Y, para nuestro conveniente placer, instalaron una cámara para filmarlas todo el día y toda la noche (el 15 de agosto de 2015 se transmitió la última imagen). Algunas personas disfrutan viendo animales lindos, mientras que otras prefieren entretenerse con una trasmisión en vivo de muñecas de porcelana. Cada quien sus gustos.
Fuente: marcianosmx.com
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