Diversas piezas arqueológicas documentan la presencia de brillantes objetos en los cielos del Egipto faraónico. Viajar a Egipto es encontrar un lugar que te asombra constantemente. Sus pirámides, sus templos, sus escrituras jeroglíficas, su arte, su Río Nilo donde otrora grandes faraones que construyeron la historia lo recorrieron; sus desiertos, sus ciudades y su gente, que es muy amable para quienes las visitamos y exploramos a lo largo y ancho del país.
Este papiro es un viejo manuscrito que adquirió el nombre de su comprador, Alberto Tulli, Conservador Jefe de la sección egipcia del Museo del Vaticano durante la década de 1930. Este manuscrito está escrito en grafía hierática, una variante cursiva del jeroglífico. Mide 20 x 18 centímetros. De acuerdo a lo desarrollado en el mismo, podría remontarse al reinado del faraón Tutmosis III. Pero, ¿qué es lo que ha hecho tan famoso al mismo? Es simplemente la aparición –de acuerdo a lo escrito – de extraños círculos de fuego que surcaron los cielos en el Antiguo Egipto. Pero volvamos a Tulli.
El Papiro de Tulli es sin duda un testimonio veraz de los hechos vividos. Pero, ¿dónde se encuentra hoy? A la fecha nadie lo sabe, se ha perdido el rastro e inclusive ya no figura dentro de la colección egipcia del Museo del Vaticano. Simplemente ha “desaparecido”. ¿Por qué? Este papiro ¿indicaría el testimonio escrito más antiguo acerca de la aproximación de fenómenos OVNI en la antigüedad? Muchos investigadores y estudiosos consideran que así es, ya que se descarta totalmente que haya sido un fenómeno natural.
El Cuento del náufrago (o el Papiro de Leningrado 1115) Otro de los testimonios escritos que hallamos es el famoso Cuento del Náufrago expuesto en el Museo de Moscú. Este aparece en el Museo Imperial de San Petersburgo, desconociéndose al igual que otros documentos y piezas, cómo pudo haber llegado allí. Su fecha se remonta al año 2000 a.C. Describe en 190 líneas las peripecias de un hombre, único sobreviviente de un naufragio, que es llevado por las olas producto de una gran tormenta a una isla de grandes riquezas donde reinaba una gran serpiente de más de 15 metros de longitud. Según el propio testimonio, brillaba como el oro, y sus cejas eran lapislázuli. Allí le cuenta como toda su familia había muerto producto de la colisión de una “estrella” que cayó del cielo, pereciendo todos los miembros de la familia y provocando un gran incendio. Las líneas 129-130 del papiro dice: “aja seba jau”, que significa “entonces una estrella cayó…”
Algunos estudiosos consideran que quizá haya sido un meteorito, y por la falta de conocimiento del mismo, el escriba lo identificó como “estrella”, ab3 (seba). Otros ven aquí la presencia de un objeto que cayó del cielo o un tripulante cubierto de algo ¿metálico?, ya que se lo describe brilloso como el oro. No se trataría de ningún meteorito o fenómeno natural. Sin duda “algo” físico había allí, y no de características naturales. Al final de este papiro, sus dos últimos ideogramas están identificados con una estrella de cinco puntas y un disco solar, haciendo alusión a algún fenómeno astronómico.
¿Qué fenómeno realmente describe este documento?
Fuente: laverdadconspiranoica.com
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