martes, 22 de marzo de 2016

Egrégores, peligrosas entidades creadas a partir del pensamiento colectivo.



Varios escritores esotéricos han tratado de describir los egrégores. Algunos los describen como formas de pensamiento creadas por la visualización, otros como una especie de ángeles dispuestos a seguir órdenes. Pero el profesor Gabriel Emerson, experto en las obras literarias de Dante, describió al egrégor como una entidad psíquica o una forma de pensamiento que se compone de fuertes influencias energéticas y emocionales producida por poderosos pensamientos colectivos vigentes.

En un contexto oculto o mágico, un egregor es el resumen de las energías físicas, emocionales, mentales y espirituales generadas por dos o más personas que vibran juntos hacia el mismo objetivo; un sub-producto de nuestro proceso creativo personal como co-creadores de nuestra realidad.

Los egrégores no son buenos ni malos, simplemente son producidos por sentimientos como la ira, los celos, la alegría, las mentiras, la amargura, la decepción, la pereza, el odio, el rencor, etc… por lo que su verdadero origen es la humanidad. Vive en el plano físico a través del ser humano y el plano astral de sus adherentes.

Cualquier adepto de movimientos (políticos, deportivos, religiosos…) se convierte en una célula de estas entidades. Para crear un egrégor es necesario que todos los miembros del grupo emitan la misma energía de vibración y que proporcionen regularidad a sus emociones. Para cumplir con ello, los líderes de estos círculos realizan mítines, reuniones, o cultos con el único fin de aumentar el poder del egrégor. Cuanto mayor sea la energía emitida por todos los miembros, mayor será la entidad y más fácilmente se lograrán los objetivos. La vida material del egrégor depende del número de miembros de un grupo, su disciplina, su unión, y su vibración energética.



Ten cuidado con los pensamientos negativos

Toda la realidad física se compone de vibraciones de energía. Los pensamientos también son vibraciones energéticas. Este no es ningún concepto ni ninguna teoría, sino más bien la nueva realidad sobre nuestra existencia. Los pensamientos tienen una poderosa influencia y nos afectan en todo lo que nos sucede. Si estamos pasando por un mal momento en nuestras vidas y todo los que nos rodea es aparentemente negativo, comenzamos a generar pensamientos negativos y nos invade sentimientos de tristeza, miedo, ira, etc… lo que es conocido como el envenenamiento del alma.



La mayoría de las conexiones con egrégores negativos provienen de “contratos” realizados con entidades físicas o astrales en el intercambio de bienes para conseguir poder, fama o dinero. Además, algunos de estos contratos o pactos pueden venir de persecuciones emocionales, que en algún momento nació de la intención de mantener a la víctima bajo su dominio. Algunas de estas conexiones también se pueden activar a través de vicios, adicciones y actividades sexuales. Cuando un alma se compromete a este tipo de energías oscuras, siempre existe la tendencia a perder energía vital que puede resultar en el compromiso de la esencia monádica.

Es a partir del momento que comenzamos a alimentar al egrégor negativo, sentiremos que todas las circunstancias van a peor. Comenzaremos a sentir que necesitamos alimentar nuestra amargura, por lo que entraremos en un círculo vicioso. El egregor negativo ya se encontrará entre nosotros a nuestro alrededor, convirtiéndose en un cáncer oculto. Algunos teóricos de la conspiración aseguran que en ciertas fechas se utilizan los sentimientos de las personas para generar pensamientos negativos y así materializar ciertos egrégores.



Materializando egrégores

Pero el egrégor también tiene una parte bastante oscura y peligrosa. Si el proceso del egrégor se mantiene en el tiempo, puede acabar cobrando vida propia, convirtiéndose en una entidad tan poderosa que continuaría existiendo incluso siglos después, adhiriéndose a otros grupos de personas preparadas para alimentar su “sed energética”. Un ejemplo de esto lo encontramos en el conocido ocultista Aleister Crowley, quien consiguió invocar a un egregor que había estado latente durante siglos. Crowley utilizó la primera sección del grimorio del siglo XVII “La Llave Menor de Salomón” que contenía las descripciones de setenta y dos demonios, y lo utilizó para adquirir influencia, poder y riqueza.




Pero los expertos en el tema advierten que cualquiera que trate de utilizar negativamente un egrégor se puede ver envuelto en la manipulación de sus capcidades psíquicas y las restricciones de las libertades internas. Lo peor de todo, el egrégor puede aparecer para convertirse en el amo de todo un colectivo. Algunos van mucho más allá, asegurando que estas manifestaciones afectan a la Tierra, con fuertes terremotos, erupciones volcánicas y otros desastres naturales.



Puedes controlarlos

Y no podíamos acabar este articulo sin destacar que lo más importante es darse cuenta de que los egrégores son completamente controlables. Ellos están bajo el poder de los pensamientos y condicionados a nuestras vibraciones energéticas. Cualquier programación de autoestima positiva será utilizada por estas entidades. Según explica la reconocida vidente Elise Defer en su blog, una afirmación positiva no necesariamente tiene que ser una lista escrita a mano o con frases que indican lo que debes pensar a lo largo del día. Tus pensamientos, emociones y sentimientos tienen que ser espontáneos y también tus afirmaciones.

Por lo que los egrégores deben ser únicamente utilizados para nuestro beneficio y en ningún caso para causar daño a terceras personas. Tenemos que tener claro que podemos crearlos y debemos alimentarlos con energía positiva.



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