Es domingo y hace un frío paralizante, un grupo de fieles están sentados en las bancas de la iglesia, las puertas que estaban cerradas para evitar el helado viento se abren de par en par, haciendo un estruendo enorme. El viento helado acaricia la nuca de los feligreses. El padre, que daba el sermón, se calla y mira incrédulo hacia la puerta.
Parece el guion de una película de terror, ¿verdad? Pero créanme, el hecho fue real y está documentado. La anécdota se encuentra en el manuscrito francés Annales regni Francorumque data del siglo VIII. En este documento se da fe de una repentina oscuridad que envolvió una iglesia durante una misa a la que se presentó un perro que soltaba chispas por los ojos para inspeccionar el santuario, como si estuviera buscando a alguien o algo, hasta que desapareció en un abrir y cerrar de ojos.
Otro caso, también en una iglesia, se documentó el 4 de agosto de 1577 en la localidad de Wroxham, cerca de Norwich, Inglaterra. Durante una tormenta, un perro enorme irrumpió en una iglesia. Sus ojos centelleaban y su hedor era a putrefacción. Al entrar en el recinto, el perro se echó a correr tras dos personas, que se incendiaron hasta la muerte, una tercera que intentó ayudarles resultó con graves quemaduras.
Demonios con aspecto de Perros Negros tienen un papel protagonista en el folclore de Inglaterra, donde se les conoce popularmente como Barghest, aunque los Perros Negros han sido vistos por todo el mundo a lo largo de los siglos.
De hecho no solo se trata de una leyenda inglesa. En muchos países de Europa, como Alemania, Holanda y algunos otros, la leyenda también es ampliamente contada. Según los relatos, estos perros son grandes y negros o rojos debido a la sangre que brota de su cuerpo lleno de heridas. Poseen una fuerza y velocidad inconcebible. Algunos dicen que los ojos son rojos y brillantes, otros que los ojos son centellantes y que sueltan fuego.
Los motivos de su existencia son diversos. Unos suponen que vienen a buscar almas perdidas que vagan por el mundo. También creen que vienen a llevarse al inferno a personas que están próximas a morir, evitando que vaguen por el mundo posteriormente. Otros más creen que vienen en búsqueda de las almas de aquellas personas que hicieron pacto con el diablo, cuya vigencia del acuerdo llegó a su fin. Quizá por eso, muchas veces estos perros son vistos en los sepelios o en los cruces.
Un animal de mala fama.
Dentro de la mitología preislámica existen tres representaciones interesantes del perro como un ser sobrenatural. Primero como un fiel compañero del hombre, en una leyenda él es creado por Dios para proteger a Adán y Eva de los animales que fueron convocados por Satanás para atacarlos. En otra, es hecho a partir del mismo barro que Adán, tanto así que la palabra sag (dog) deriva del término she-yak (el tercero, un tercero) que indica el sentido de humanidad del animal. Pero en otro mito surge como resultado del pecado.
Observaciones en sitios arqueológicos indican que el hombre primitivo usaba al perro para destruir cuerpos. Eso se debió haber relacionado con la idea de que el perro también estaba devorando el alma del muerto. Para los parsis de la India y los escoceses de las islas Orcadas, hacer que los perros comieran la carne de los muertos formaba parte de los ritos funerarios. Con los romanos, aquellos muertos que no tenían importancia ni como para merecer un entierro, eran arrojados a los perros.
Por eso, con el paso del tiempo el perro, principalmente de color negro, pasó a tener una percepción muy negativa en la sociedad. Existe un hadiz en el que Mahoma manda a matar a todos los perros que fueran totalmente negros. Y con el desarrollo del cristianismo, estos animales empezaron a ser asociados cada vez más con el pecado, la prostitución, el mal y las tinieblas.
El monstruo.
En la tradición anglosajona se presentan en varios nombres que siempre son asociados con la oscuridad. Siempre se les describe como perros enormes totalmente negros o rojos como la sangre, con grandes ojos rojos incandescentes o de un amarillo anaranjado como las llamas, con un fuerte hedor a azufre y pelo erizado. Generalmente se les ve por sitios solitarios como senderos, encrucijadas, sitios prehistóricos, iglesias abandonadas, cementerios y necrópolis. Están dotados de habilidades increíbles, como una fuerza y velocidad por encima de lo normal, pueden atravesar objetos sólidos, desaparecer, prenderse en fuego y algunas veces incluso pueden hablar.
Algunas veces los perros negros también tienen cabeza y patas de otros animales, o humanas, otras ocasiones se les ha visto mutilados. Perros sin cabeza ya han sido vistos en Dartmoor, Shropshire, Devon, Sussex, Cumbria y Norfolk. Perros de dos cabezas son avistados ocasionalmente en diversos sitios.
Fuente: marcianosmx.com
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